Copiloto y tú, Con la vida detras

A lo largo de nuestras vidas, todos en algún momento buscamos a esa persona que complete nuestra historia. A veces, la vida nos sorprende con encuentros inesperados, como aquella vez durante la Semana Santa. Te encuentras con alguien, ¿será el destino? Los ojos se cruzan, el pulso se acelera, se miran y, aunque intentan negar la atracción, sin darte cuenta, ya estás flechado por cupido. Ese clic, ese vínculo mágico, ha sucedido.

En tu mente, quizás, habías imaginado a alguien diferente, un ideal. Después de las primeras citas, surgen las dudas, pero lo sientes. Aunque aún no lo sepas de cierto, esa persona será tu complemento perfecto, tu copiloto, ahora es real, tan real que comienza a llenarlo todo en tu vida.

La motivación de emprender juntos el viaje de la vida se hace cada vez más palpable. Puede que el camino sea incierto y no tenga un mapa detallado, pero estás dispuesto a dar el primer paso. Ahora tienes a tu copiloto, alguien dispuesto a enfrentar cualquier desafío a tu lado.

A medida que pasa el tiempo, tu copiloto te inspira a avanzar. Te hace sentir bien, te alienta a alcanzar tus metas y sueños. A pesar de la falta de información sobre el destino, tienes confianza en que todo saldrá bien. A estas alturas, ¿importa realmente quién sea el piloto? Lo fundamental es que ya no estás solo, y eso te da la fuerza para avanzar, porque sabes que todo saldrá bien.

Después de un tiempo entiendes: esa persona con la que has decidido embarcarte en el viaje de la vida es la indicada, incluso si a veces intercambian los roles de piloto y copiloto.

En una relación a largo plazo, en lugar de buscar la «media naranja», busca a tu «copiloto», alguien que te desafía y te motiva a ser la mejor versión de ti mismo. Juntos, estarán listos para enfrentar cualquier camino que la vida les presente.